10 de enero

Los lugares bíblicos tienen con frecuencia un significado teológico. El mar, el monte, el desierto, la Galilea de las naciones, Samaria, las tierras del otro lado del lago de Genesaret… son mucho más que simples indicaciones geográficas (a menudo ni siquiera exactas).
Lucas no especifica el lugar del bautismo de Jesús; Juan, sin embargo, lo especifica: “tuvo lugar en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando” (Jn 1,28). La tradición ha localizado justamente el episodio en Betabara, el vado por el que también el pueblo de Israel, guiado por Josué, atravesó el río, entrando en la Tierra Prometida. En el gesto de Jesús se hacen presentes el recuerdo explícito del paso de la esclavitud a la libertad y el comienzo de un nuevo éxodo hacia la Tierra Prometida.
Betabara tiene otra particularidad menos evidente pero igualmente significativa: los geólogos aseguran que este es el punto más bajo de la tierra (400 m bajo el nivel del mar).
La elección de comenzar precisamente aquí la vida pública no puede ser simple casualidad. Jesús, venido de las alturas del cielo para liberar a los hombres, ha descendido hasta el abismo más profundo con el fin de demostrar que quiere la Salvación de todos, aun de los más depravados, aun de aquellos a quienes la culpa y el pecado han arrastrado a una vorágine de la que nadie imagina que se pueda salir. Dios no olvida ni abandona a ninguno de sus hijos.
* Para interiorizar el mensaje, repetiremos:
“Ha aparecido la gracia de Dios, portadora de Salvación para todos los hombres.”
Fuente: Desconocida
Imagen: catequesis.archimadrid.es
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Paz y bien hn@s: Gracias por compartir Hna Lourdes, todo lo que publicas es muy interesante, bendiicones
Gracias a ti Hno Betocua por acompañarnos y por tu confianza. Paz y bien.