Celebración 1 de Noviembre

Hoy celebra la Iglesia la fiesta de Todos los Santos.
La palabra “Santo” significa “separado”. Es algo distinto, diferente, apartado. Por eso se aplicó a Dios, en cuando distinto del mundo material y visible.
Nosotros, al resaltar esta distinción, llamamos a Dios tres veces Santo.
Cuando decimos que alguien o algo es santo o se santifica estamos hablando de una relación directa y cercana con Dios. Así ya hablaba el Antiguo Testamento de la “ciudad santa” o el “templo santo”, porque se había dedicado a Dios.
San Pablo llama santos a todos los bautizados, pues por el bautismo nos unimos a Dios.
Después, este término “santo” se aplicó sólo a las personas que por su comportamiento están más cerca de Dios. Especialmente los mártires que, por su muerte gloriosa. se unen para siempre con Dios.
La Iglesia desde el principio comenzó a honrar a los mártires en el día propio de su martirio. Así desde San Esteban que fue el primer mártir. Pero ya en el siglo III eran tantos los mártires que, fuera de los más célebres, tuvieron que celebrar una fiesta para todos juntos.Sin embargo no se daba una fecha determinada para dicha fiesta.
El 13 de Mayo del año 609 el papa consagró el panteón romano, que había sido templo pagano de todos los dioses, como templo dedicado a la Virgen María y a todos los santos. Desde entonces se solemnizó más la fiesta de todos los santos, aunque tardaría unos 100 años para que se señalase el 1 de Noviembre.
En este día honramos a muchos santos, cuyos nombres conocemos, porque han sido “canonizados”, es decir, declarados santos solemnemente por el papa, después de haber examinado minuciosamente su vida y escritos. Hubo tiempos en que se declaraban santos por aclamación popular. Hoy esa santidad debe ser ratificada por Dios por medio de dos milagros.
Pero hoy honramos también a muchísimos más, cuyos nombres no conocemos. Ellos vivieron una vida oculta para nosotros, pero preciosa para Dios y gozan con Dios con una gloria semejante. Entre estos santos habrá familiares y conocidos nuestros.
Todos estamos llamados a la SANTIDAD. Es doctrina común en muchos escritos de santos. Pero de una manera especial lo proclamó el Concilio Vaticano II.
No es que haya que tener una vida externa diferente a las demás personas, aunque la verdad es que hay situaciones que ayudan y otras que pueden estorbar. Todos debemos esforzarnos por ser mejores y tender a un gran ideal. Y el mayor ideal es acercarnos al ideal de Dios sobre nuestra vida: estar lo más unidos a Él.
Jesús nos enseñó el camino hacia la santidad posible para todos. Muchos han seguido ese camino y han llegado a la santidad.
Hoy es un buen día para reflexionar todo el bien espiritual y material que por intercesión de los santos hemos obtenido y tenemos hasta el día de hoy, pues los santos que desearon la Gloria de Dios desde aquí en la tierra lo siguen deseando en la visión beatifica, y comparten el mismo deseo de Nuestro Señor Jesucristo de que todos los hombres se salven, que todos los hombres glorifiquen a Nuestro Señor.
La Iglesia ha instituido la Fiesta de Todos los santos por las siguientes razones:
1.- Para alabar y agradecer al Señor la merced que hizo a sus siervos, santificándolos en la tierra y coronándolos de gloria en el cielo.
2.- Para honrar en este día aun a los Santos de que no se hace fiesta particular durante el año.
3.- Para procurarnos mayores gracias multiplicando los intercesores.
4.- Para reparar en este día las faltas que en el transcurso del año hayamos cometido en las fiestas particulares de los Santos.
5.- Para animarnos más a la virtud con los ejemplos de tantos Santos de toda edad, sexo y condición, y con la memoria de la recompensa que gozan en el cielo.
Ha de alentarnos a imitar a los Santos el considerar que ellos eran tan débiles como nosotros y sujetos a las mismas pasiones; que, fortalecidos con la divina gracia, se hicieron santos por los medios que también nosotros podemos emplear, y que por los méritos de Jesucristo se nos ha prometido la misma gloria que ellos gozan en el cielo.
Se celebra la fiesta de Todos los Santos con tanta solemnidad porque abraza todas las otras fiestas que en el año se celebran en honor de los Santos y es figura de la fiesta eterna de la gloria.
Para celebrar dignamente la fiesta de Todos los Santos debemos:
1.- Alabar y glorificar al Señor por las mercedes que hizo a sus siervos y pedirle que asimismo nos las conceda a nosotros.
2.- Honrar a todos los Santos como a amigos de Dios e invocar con más confianza su protección.
3.- Proponer imitar sus ejemplos para ser un día participantes de la misma gloria.
Es importante en este día tan importante para toda la Iglesia detenernos a pensar en todo el bien que Dios ha dado a la humanidad por medio de tantos hombres y mujeres que fieles a la voluntad de Dios, fieles a su amor fueron testigos del Reino del Señor. La cantidad de santos, santas y mártires que dejaron una huella tan profunda en su paso por esta tierra que ni el tiempo ni los cambios de generaciones han podido borrar. Y si decimos que es de todos los Santos es porque también celebramos a tantos Santos y Mártires que Dios a querido tener en el anonimato, y que nosotros no conocemos por su nombre pero sabemos por la fe que están dando gloria a Dios.
Celebremos con gozo este día, y pidámosle a Dios Nuestro Señor nos conceda disfrutar en esta tierra de la protección de sus santos y que un día nos conceda estar con ellos para glorificarlo en su eternidad.
Que Santa María Reina de los santos nos conceda la alegría de servir con humildad a Dios esta tierra para verle y gozarle en la vida eterna.
Fuentes: catholic.net | Apotaciones del Padre Silverio Velasco
Imagen: catholic-daily-reflections.com
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